Informe IMACEC octubre 2020


Nota estadística sobre la actividad económica

01-12-2020


Octubre registra una caída de la actividad de -0,5% luego de los cuatro meses de mejoría que siguieron al desplome de marzo-mayo


1. Índice mensual de actividad económica desestacionalizado

El Índice Mensual de Actividad Económica (IMACEC), publicado el 1 de diciembre, registró un retroceso de -0,5% de la actividad productiva desestacionalizada en octubre respecto al mes previo. Este quiebre de la recuperación contrasta con el incremento de 5,2% en septiembre respecto al mes previo y con los aumentos registrados por cuatro meses desde junio, luego de las fuertes caídas sucesivas de actividad entre marzo y mayo provocadas por la crisis del coronavirus. 

Aunque en septiembre de 2019 la actividad económica ya había sufrido una caída de -0,6% (reflejando la desaceleración posterior al buen desempeño de 2018), fue en octubre de 2019 cuando se registró un primer quiebre significativo. Se produjo una caída de -5,8% respecto a septiembre, en el contexto de la rebelión social iniciada el 18 de ese mes. No obstante, se produjo una rápida recuperación en los meses siguientes. En enero, la actividad ya volvía a superar la de septiembre del año anterior, como se observa en el gráfico 1. 
La actual crisis provocada por la pandemia de coronavirus tuvo su peor expresión hacia mayo, que resultó el peor mes del año. Respecto a febrero, el mejor mes, la caída del IMACEC desestacionalizado alcanzó a -16,4%, explicada por las restricciones de oferta derivadas de las prohibiciones de desplazamiento y aglomeración y las caídas en la demanda de consumo de los hogares, así como de la inversión privada y pública. La recuperación acumulada de junio a septiembre alcanzó un 11,4%. 

Con la caída de octubre, la recuperación acumulada retrocedió de 11,4% a 10,9% respecto a mayo, mientras la actividad económica desestacionalizada de octubre es aún un -7,4% inferior a la de febrero. 


Gráfico 1: Índice Mensual de Actividad Económica desestacionalizado
      Fuente: Banco Central de Chile.



Gráfico 2: Variación del Índice Mensual de Actividad Económica desestacionalizado

Fuente: Banco Central de Chile.



2. Evolución anual del IMACEC

La comparación de la actividad económica en los primeros 10 meses (enero-octubre) de 2020 respecto al mismo período de 2019 registra una caída anual de -7,2%. La caída del PIB respecto a 2019 al cerrar 2020 será cercana a esa cifra, muy superior a la de las dos más recientes recesiones, la de -0,4% en 1999 y la de -1,6% en 2009. Pero será inferior a la suma de -11,0% y - 5,0% registrada en 1982 y 1983. 



Gráfico 3: Tasa de crecimiento acumulada en doce meses del Índice Mensual de Actividad Económica.

Fuente: Banco Central de Chile.


3. Evolución de la demanda

El desplome de la demanda interna en el segundo trimestre de 2020 fue considerable, seguido de una recuperación en el tercer trimestre. La caída del consumo de los hogares fue de -19-9% en lo más álgido de la crisis, pero se recuperó en buena medida en el tercer trimestre. En ese proceso incidió positivamente el retiro de recursos acumulados desde las cuentas del seguro de cesantía desde abril, por un monto del orden de un 0,7% del PIB en el caso de los que perdieron su empleo o vieron suspendido temporalmente su contrato o disminuida su jornada de trabajo. Pero lo más significativo fue la inyección de recursos por el retiro de ahorros desde las AFP a partir de agosto, por un monto de 7% del PIB, que incidió en una reanimación de la demanda de consumo de los hogares. El consumo de gobierno cayó en -11,3%, pero luego se recuperó. 

La inversión también se desplomó en el segundo trimestre en sus distintos componentes a niveles parecidos a los del consumo de los hogares, pero en el tercer trimestre la construcción y obras siguió cayendo mientras la inversión en maquinaria y equipo experimentó un sorprendente crecimiento.

La demanda externa, en cambio, registró una evolución de otro tipo. Se estancó en el segundo trimestre, para luego caer en términos reales significativamente en el tercer trimestre respecto al trimestre previo, especialmente las exportaciones industriales y las de servicios. Las exportaciones mineras cayeron en -1,6% en el mismo período.


Cuadro 1: Variación desestacionalizada de los principales componentes de la demanda

Fuente: Banco Central de Chile.


4. Comentario

La recuperación de la actividad hasta los niveles de 2019 tomará hasta 2022. En cuatro meses de recuperación después de mayo, el crecimiento solo recorrió la mitad del camino, mientras en el quinto mes se produjo una nueva caída. Al mismo tiempo, la evolución de la epidemia de coronavirus en Chile mantiene una amenaza latente sobre la actividad económica en caso de una nueva agravación de los contagios, mientras la recuperación de actividades de servicios, las más afectadas por la crisis, se mantiene como una incógnita.

Si el gobierno hubiera ampliado el gasto público en un 5% adicional del PIB al iniciarse la crisis del coronavirus en marzo, financiando un déficit adicional con el uso de reservas fiscales y endeudamiento accesible de bajo costo, la caída de la producción hubiera sido mucho menor que la experimentada en el segundo trimestre. El gobierno no actuó sobre la demanda de consumo de las familias de menos ingresos a través de transferencias más importantes por Ingreso Familiar de Emergencia, Seguro de Cesantía y Pensión Básica Solidaria. Ha preferido concentrar los recursos en aliviar la situación tributaria de las empresas, otorgando más plazo para el cumplimiento de las obligaciones y eliminando temporalmente el impuesto al crédito. Sus programas en la materia tienen un impacto preferente en las de mayor tamaño. La rebelión de su mayoría parlamentaria, que acompañó a la oposición en un primer retiro desde las cuentas individuales de los fondos de pensiones, hizo posible restablecer el consumo de los hogares, pero con una medida que tiene un efecto por una vez. Esto ha llevado a un segundo retiro que se discute en la actualidad en el parlamento.

Entre tanto, el gobierno terminó con el Ingreso Familiar de Emergencia establecido entre mayo y octubre, que cubrió unos 8 millones de personas. Para familias con ingresos informales, el monto del subsidio ha dependido del número de integrantes, siendo en los primeros cuatro meses de $100.000 por integrante hasta un total de 4. Los pagos en los meses cinco y seis ascendieron a 70 y 55% por ciento de los montos asignados previamente. Para familias con ingresos formales, el monto del subsidio ha estado conformado como la diferencia entre el aporte que le correspondería a la familia si sólo tuviera ingresos informales y el total de los ingresos formales que percibe, monto no menor a $25.000 por integrante de la cada familia.

Este subsidio, que se anunció se reactivará para las zonas con cuarentenas prolongadas, se sitúa por debajo de la línea de pobreza y su impacto fue mucho menor que el del retiro de fondos de pensiones. Mucho peor será la situación ahora para las personas que buscan trabajo y no lo encuentran (1 millón) o que desearían trabajar aunque no estén buscando activamente un empleo (1,5 millón), según los datos del INE, y para todos los que están percibiendo escasos ingresos por causa de la crisis. El futuro inmediato de la crisis está ahora estrechamente vinculado a la magnitud del impacto que tenga el segundo retiro de fondos de pensiones y a la eventual persistencia del incremento del precio del cobre y de la recuperación de la demanda por exportaciones chilenas, luego de la caída de -4,5% de la economía mundial proyectada para 2020 y el incremento previsto por la OCDE de 4,5% en 2021.

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