Informe de Coyuntura Económica, primer trimestre de 2023
Introducción
Los datos del primer trimestre del Índice Mensual de Actividad Económica (Imacec) publicados el 2 de mayo por el Banco Central y de la Encuesta Nacional de Empleo dados a conocer el 28 de abril por el Instituto Nacional de Estadísticas, muestran una situación económica en recuperación por segundo trimestre consecutivo.
1. La evolución de la actividad económica
Para analizar la coyuntura hay un tema con la interpretación de los datos. El método en uso en Estados Unidos y la Unión Europea es considerar la evolución trimestral anualizada comparada con el trimestre anterior, corregida de efectos estacionales en el segundo caso, como también lo hace la OCDE en la presentación de sus cifras de PIB y empleo. Si se considera el Imacec del primer trimestre desde este ángulo, se registra una mejoría de la actividad, la que creció en 1,0% respecto al último trimestre de 2022. Se trata de un crecimiento de 4,1% en ritmo anual. Esto ocurre después de caídas del PIB en los tres primeros trimestres de 2022, aunque el crecimiento anual fue de 2,4% gracias a un mejor cuarto trimestre (ver el informe de Tendencias de la economía chilena).
Estas caídas configuraron una "recesión técnica" según el criterio generalmente usado por los analistas económicos en el país, aunque la definición del National Bureau of Economic Research norteamericano considera que una recesión propiamente tal dependerá de tres criterios: profundidad, difusión y duración. Este organismo utiliza diversos indicadores, especialmente el ingreso de las familias y el empleo.
En el caso de Chile, se puede considerar que en 2022 se produjo una recesión entre junio y septiembre, con una caída de 2% de la actividad, leves pérdidas de empleo y caídas de los ingresos familiares y del consumo, producto de una política fiscal y monetaria altamente restrictiva.
Se produjo una recuperación de la actividad y el empleo desde el cuarto trimestre de 2022, pero ésta aún no alcanza el nivel del trimestre móvil de mayo de 2022 (ver el segundo gráfico). Esta recuperación se puede atribuir a que la política fiscal volvió a ser expansiva este año, a la contención del retroceso en los salarios reales por la inflación -que incide en el consumo de los hogares- y al buen comportamiento de las exportaciones, aunque el FMI proyecta que el crecimiento mundial pasará de 3,4% en 2022 a 2,8% en 2023.
La presentación usual de datos de la evolución coyuntural compara el Imacec mensual más reciente con el de hace doce meses, en vez de considerar el promedio trimestral más reciente respecto al trimestre previo, desestacionalizado y anualizado, lo que permite una apreciación mejor calibrada de la situación coyuntural. Esta es una comparación más amplia y cercana en el tiempo que aquella de un mes con un dato de hace un año. Se promedia las eventuales distorsiones provocadas por el zig-zag mensual, es decir cifras puntuales fuera de tendencia, mientras se considera la necesaria corrección de los efectos estacionales, que son significativos.
2. La evolución del empleo
En materia de evolución del empleo la situación es parecida. Según los datos del INE para el primer trimestre de 2023, el incremento en el número de personas ocupadas fue de 0,8% en términos desestacionalizados respecto al cuarto trimestre de 2022, por lo que se produjo en la coyuntura un aumento del empleo de 2,4% anualizado. La tasa de desempleo despejada de efectos estacionales se mantuvo en un 8,4% de la fuerza de trabajo en el primer trimestre del año en comparación con el trimestre móvil previo (diciembre-febrero). No hay un deterioro coyuntural de la situación del empleo.
La Encuesta Nacional de Empleo del INE suma muestras parciales de los últimos tres meses para tener un margen de error pequeño, lo que no hace necesario trimestralizar el dato mensual, pero debe también tomarse el dato sin las variaciones estacionales, lo que no se hace usualmente, aunque el INE publica la serie respectiva, aunque de manera poco destacada. A su vez, es más usual -y tiene sentido para evitar la distorsión provocada por el efecto estacional- comparar la tasa de desempleo con sus niveles de los mismos períodos de un año o más hacia atrás. En este caso, la tasa de desempleo se ubicó en un nivel inferior al de hace dos años atrás (el primer trimestre de 2021), cuando alcanzó un 10,4%, aunque fue superior al nivel de 7,8% de hace un año. Esto ocurre a pesar de la sustancial creación de 209 mil puestos de trabajo en ritmo anual, lo que refleja el aumento de la fuerza de trabajo a un ritmo mayor (3,8%) que el crecimiento de la ocupación (2,4%). La tasa de desempleo desestacionalizada, por su parte, se mantuvo estable en el primer trimestre respecto al trimestre móvil previo.
Por otro lado, tiene más sentido fijarse en la “tasa de ocupación” antes que en la “tasa de desocupación”. La primera relaciona el número de personas que están trabajando con la población en edad de trabajar y es el indicador que mejor resume la situación del mercado de trabajo. Se mantiene en Chile un atraso estructural considerable con diversos países de la OCDE en la materia. Este organismo calcula una tasa de empleo de quienes trabajan entre los 15 y 64 años respecto a los mayores de 15 años. En el cuarto trimestre de 2022, la tasa chilena era de 61,9%, a comparar con el 70,1% promedio de la Unión Europea, el 71,4% de Estados Unidos, el 79,7% de Suiza y el 80,2% de Nueva Zelandia. Queda todavía, como se observa, mucho por hacer en Chile en materia de incorporación de la población en edad de trabajar al empleo, sobre todo de las mujeres, donde sigue habiendo un atraso considerable a pesar de una tendencia a la mejoría.
La tasa de ocupación que calcula el INE relaciona a todos los que trabajan con los mayores de 15 años. El coeficiente del primer trimestre de 2023 es mayor que el de hace un año y que el del último trimestre de 2022. Este indicador también ha mejorado en el período reciente, en contraste con el segundo trimestre de 2020 y en menor medida con el tercer trimestre de 2022, sin perjuicio de que persiste la distancia con la situación previa a la crisis pandémica (ver el gráfico).
La recuperación post crisis se ha producido con un empleo que ha crecido menos que la producción. Esta es otra razón más por la cual es tan importante evitar una recesión en 2023 y mantener el crecimiento del empleo registrado en los dos últimos trimestres. En ritmo anual, la producción de bienes creó algo de empleo, con 30 mil puestos de trabajo adicionales en la agricultura y pesca, unos 14 mil adicionales en la minería y 8 mil en la industria. La excepción fue la construcción, que registró 43 mil empleos menos producto del alza en las tasas de interés por el Banco Central. En los servicios, se produjeron aumentos de empleo en salud y asistencia social, con 53 mil unidades adicionales, enseñanza, con 27 mil, y cifras parecidas en administración pública, alojamiento y comidas, actividades artísticas y recreativas y comercio. Se observaron, en cambio, caídas leves en servicio doméstico, actividades inmobiliarias y comunicaciones.
El empleo asalariado formal (constituido por el universo de cotizantes dependientes), por su parte, creció en 0,6% en ritmo anual y en 0,2% en noviembre-enero (último dato disponible) respecto al trimestre móvil previo. Respecto al nivel previo a la crisis, hace tres años, se han creado 347 mil empleos dependientes formales (un 6% más), registrados por la Superintendencia de Pensiones con el pago mensual de cotizaciones por sus empleadores. Aunque se ha producido una pérdida de dinamismo reciente, esta expansión ha sido el soporte de la creación de empleo después de la crisis pandémica. Esto se debe en parte a las políticas de subsidio al empleo y al salario mínimo, que incentivan la formalización en muchas empresas pequeñas. Cabe hacer notar que este es un dato que registra el universo efectivo de esta variable, y que no proviene de un sondeo que busca representar ese universo con una muestra aleatoria sujeta a márgenes de error, como la Encuesta Nacional de Empleo del INE (que es en todo caso una encuesta cuyo tamaño permite que el margen de error sea pequeño).
El empleo asalariado formal en Chile se ha expandido (suma 5,7 millones de personas en el primer trimestre) y representa en la actualidad cerca de dos tercios de la ocupación total estimada por el INE, lo que contrasta con la mayoría de las economías latinoamericanas. El resto de la ocupación está constituida por los empleadores (283 mil), los que trabajan por cuenta propia de manera formal (573 mil) y el empleo asalariado informal (1,1 millón), categorías que no han recuperado sus niveles previos a la pandemia, más el empleo por cuenta propia informal, que si recuperó y superó ese nivel (1,27 millón de personas en el primer trimestre). El total de ocupados fue en el primer trimestre de 2023 todavía inferior en 57 mil personas a del trimestre diciembre 2019-febrero 2020. El de ocupados informales fue inferior en 159 mil personas y el de ocupados formales superior en 101 mil personas.
Por su parte, la encuesta mensual del INE a las empresas de más de cinco trabajadores sobre las remuneraciones que perciben mostró en marzo un aumento de 0,1% de las remuneraciones reales - aumento nominal menos el IPC- respecto a febrero. El aumento del índice real en el primer trimestre respecto al cuarto trimestre de 2022 fue de 1,9% (un 7,8% anualizado). Así, las remuneraciones reales le están ganando desde diciembre la batalla a la inflación, aunque entre marzo y noviembre de 2022 se produjo una importante merma del poder adquisitivo de los salarios. El reajuste del sector público en diciembre cumplió un rol en la materia. Así, el buen comportamiento de la actividad económica y del empleo en el primer trimestre tuvieron en la evolución reciente de la masa salarial un soporte significativo.
3. Consideraciones finales
El nuevo empuje de la actividad y el empleo en el primer trimestre del año es una señal de resiliencia y de cierta persistencia del consumo frente a la política monetaria restrictiva acelerada desde marzo de 2022 por el Banco Central, aunque la inflación actual en Chile exhibe vaivenes básicamente explicados por la situación externa y sus repercusiones internas. La evolución futura de la actividad y el empleo sigue siendo incierta precisamente por la persistencia de esa política y por un crecimiento internacional menos favorable.
Autor responsable: Gonzalo Martner.