Actividad, empleo, inflación y remuneraciones a julio de 2023

El Imacec, la creación de empleo, la inflación y las remuneraciones presentan mejorías



1. La actividad económica volvió a aumentar

El Índice Mensual de Actividad Económica, corregido de efectos estacionales, aumentó en un 0,3% en julio respecto al mes anterior. Ya lo había hecho en 0,4% en junio, después de caídas mensuales entre febrero y mayo, con la excepción de abril. En términos sectoriales, en julio repuntaron tanto los resultados de la industria como los de los "otros bienes" (que incluyen la construcción y la electricidad, gas y agua), mientras la minería se contrajo. El comercio y los servicios también experimentaron un repunte respecto a los meses previos.
La comparación del Imacec mensual con el de 12 meses atrás, que es la que recoge la prensa, dio esta vez una imagen positiva (un aumento de 1,8%). Pero la comparación en doce meses no refleja necesariamente la evolución de la coyuntura de manera adecuada. Tiene mayor pertinencia la comparación mensual y trimestral desestacionalizada del índice respecto al período inmediatamente previo, y proyectarlo en valor anual, como se hace usualmente en Estados Unidos y la Unión Europea.
Desde este ángulo, en el trimestre móvil mayo-julio se registró un aumento de la actividad económica de 0,1%, es decir un 0,4% anualizado. En el segundo trimestre se había registrado una caída de -0,3%, siempre en términos desestacionalizados. Esto contrastó con el crecimiento de 0,1% en el último trimestre de 2022 (después de una recesión en los tres trimestres previos) y el buen aumento de 0,5% en el primer trimestre de este año, como se observa en el gráfico.


Fuente: Banco Central de Chile.

A pesar de los mejores datos de los últimos dos meses, el Imacec promedio de los siete meses que van registrados en 2023 es un -0,6% inferior al del mismo período del año anterior y un -0,3% inferior al del promedio del año 2022. Esto pone aún a la economía chilena en una perspectiva anual recesiva o bien con un muy bajo crecimiento, fruto de la política monetaria contractiva, apenas relajada en la tasa de política monetaria en un punto porcentual en julio pasado (a 10,25%), de los efectos rezagados del sustancial ajuste fiscal de 2022 y del anunciado ajuste fiscal para la parte final del año.
El PIB desestacionalizado es un 7,0% superior en el segundo trimestre de 2023 que en el primer trimestre de 2020. Cabe anotar que en la salida de crisis se ha producido una baja en la actividad de la minería del cobre y una escasa expansión de la industria -sostenida por la de productos metálicos, alimentos y bebidas y textil- junto a una recuperación y luego una caída leve de la la construcción. Los sectores que han crecido sobre la media respecto al período previo a la crisis son, en la producción de bienes, la agricultura y silvicultura, la minería distinta del cobre y la electricidad, gas y agua. En el suministro de servicios, los que han crecido sobre la media son el comercio y los restaurantes y hoteles, los servicios financieros y empresariales y los de vivienda e inmobiliarios, mientras los servicios personales (que incluyen salud y educación) se han mostrado como el sector más destacado, con un 27% de crecimiento desde el primer trimestre de 2020, seguido de las comunicaciones, con un 19% de crecimiento. La chilena es hoy una economía que se recuperó rápido de la crisis pandémica (volvió a su nivel previo en el primer trimestre de 2021), se expandió fuertemente en 2021 y luego se estancó desde inicios de 2022. Su escaso dinamismo coyuntural descansa en los servicios, que constituyen la mayor parte del PIB (un 68% del total).
Por el lado del gasto, las cuentas nacionales registran que la demanda interna experimentó un crecimiento de 1,3% en términos desestacionalizados en el segundo trimestre de 2023 respecto al trimestre anterior. Esto ocurrió por primera vez después de 5 trimestres de caídas sucesivas. Se produjo un aumento de la inversión (FBCF) de 1,4%, debido a una expansión de las compras de maquinaria y equipo que más que compensó una leve caída de la construcción. El consumo de las familias no aumentó (pero al menos no siguió cayendo después de cuatro trimestres a la baja) y el consumo de gobierno disminuyó en -2,1%, por lo que el consumo total se redujo en -0,4% y sumó 5 trimestres consecutivos a la baja.

El volumen de exportaciones reales de bienes y servicios cayó en -1,3%, mientras el de las importaciones registró un aumento de 3,2% en el segundo trimestre. El desequilibrio entre ambos (que viene presentándose desde 2017, con la excepción de la etapa de recesión de 2020) contribuyó, junto al menor consumo, a la caída de -0,3% del PIB en el segundo trimestre de 2023. No obstante, el todavía importante déficit en la cuenta corriente fue financiado por unas exportaciones nominales que se beneficiaron de mejores precios, que resultaron superiores a las importaciones nominales. También concurrió a ese financiamiento el saldo positivo de la cuenta de capitales (inversión extranjera y de cartera), lo que permitió acumular reservas desde 39,2 mil millones de dólares en diciembre de 2022 a 40,7 mil millones de dólares en julio de 2023.


2. El empleo progresó
Lo más relevante de la encuesta de empleo del INE de mayo-julio es que la creación de empleo sigue mostrando un buen dinamismo, según se observa en el gráfico. La tasa de crecimiento del empleo desestacionalizado ha progresado y alcanzó un 1,2% respecto al trimestre previo (un 4,9% en ritmo anual). Esta tasa fue de 1,0% en enero-marzo respecto al último trimestre de 2022 y de 1,1% en abril-junio respecto al primer trimestre de 2023. Esto revela que las expectativas de los empleadores son aún suficientemente positivas para retener y ampliar la ocupación.


Fuente: Instituto Nacional de Estadísticas.

En el período de los trimestres móviles terminados en agosto (nótese que este es justo el período previo al plebiscito de 2022) y noviembre de 2022, la ocupación total desestacionalizada había sufrido caídas sucesivas. Esta pasó de 8,917 millones de personas en julio a 8,875 millones en noviembre, es decir una caída de 41 mil empleos. Desde entonces, se retomó la senda de recuperación iniciada en abril-junio de 2021, después de una caída del empleo en la crisis pandémica que fue superior a la del PIB, contrariamente a muchos países que manejaron mucho mejor la retención en los puestos de trabajo. Cabe hacer notar que recién en el trimestre marzo-mayo de este año se recuperó el nivel de empleo registrado previamente a la crisis del Covid-19, es decir después de más de tres años.
Se registró en mayo-julio de 2023 unos 9,029 millones de personas con empleo. En perspectiva anual, en el trimestre mayo-julio se crearon 179 mil puestos de trabajo respecto del mismo período del año anterior, es decir un aumento de 2,0%. Esta resiliencia en la creación total de empleo es digna de ser destacada.
No obstante, se registra en la encuesta de empleo del INE un total de 868 mil personas desocupadas, unas 107 mil adicionales en un año. En marzo-mayo de 2013 se registró el número más bajo de desocupados en el mismo trimestre del año, con 499 mil personas en esa condición. La diferencia es de 369 mil desocupados adicionales respecto a una década atrás, cuando la tasa de desempleo era de 5,9% de la fuerza de trabajo, a comparar con el 8,8% actual. Esa es la magnitud de la brecha de desempleo que se ha generado en una década y que no es ajena a los acontecimientos de 2019, cuando la tasa de desempleo en marzo-mayo ya alcanzaba a 7,2%, y al "malestar social" prevaleciente. La política macroeconómica viene fallando sistemáticamente en su principal tarea, que es proveer empleo y, a través de él, inserción económica y progreso social.
En la coyuntura, permanece un factor preocupante, además del efecto general de una tasa de interés muy elevada y de una política fiscal que se anuncia pasará a una nueva fase de restricción. El registro administrativo del empleo asalariado formal, constituido por el total de dependientes con cotizaciones reportadas a la Superintendencia de Pensiones, cayó por tercer trimestre móvil consecutivo en marzo-mayo (último dato disponible). La disminución fue de -1,6% anual (-92,6 mil empleos) y de -2,1% respecto al último trimestre de 2022 (-26,5 mil empleos). Esta ocupación formal (el 65% del total) había crecido sustancialmente en la recuperación de la crisis y ahora enfrenta una coyuntura de destrucción de puestos de trabajo. Por su parte, el empleo informal total creció en un 2,9% anual en el trimestre mayo-julio, mientras el empleo formal lo hizo en solo 1,7%.
La tasa de desocupación corregida de efectos estacionales aumentó, por su parte, a 8,5% de la fuerza de trabajo en el trimestre móvil mayo-julio, desde el 8,4% del trimestre móvil anterior. La tasa no ajustada subió de 8,5% a 8,8% de la fuerza de trabajo, mientras es superior al 7,9% de hace un año. Esto se explica básicamente porque la fuerza de trabajo sigue creciendo (3% anual) más que el empleo (2% anual). Más personas abandonan la inactividad y se suman al empleo o a la búsqueda de empleo.


3. La inflación siguió bajando

En agosto, el Índice de Precios al Consumidor aumentó en 0,1% mensual. El de julio había aumentado en 0,4%. En 12 meses, los precios al consumidor han subido en 5,3%. El IPC mensual promedio trimestral fue de 0,1%, el semestral de 0,3% y el de 12 meses de 0,5%. El llamado IPC subyacente (sin alimentos y energía) bajó en -0,1% en agosto, lo que es una todavía mejor noticia, acumulando 5,2% en 12 meses. El llamado IPC de No Transables, es decir el de bienes no sujetos al comercio internacional, ha bajado menos en 12 meses que el IPC-SAE (sin alimentos ni energía) pues aún recibe el impacto rezagado del aumento de precios de bienes importados que impactan en sus costos, sobre todo los combustibles. Las empresas, en la medida en que sus condiciones de mercado lo van permitiendo en el tiempo, repercuten sus aumentos de costos en los precios al consumidor, sin perjuicio de la presencia simultánea de la hipótesis de la inflación "empujada por el aumento de márgenes" en los mercados oligopólicos, que son la mayoría, que se suma a la inflación "empujada por los costos". La inflación "empujada por la demanda" ya no es un factor determinante, dado que la demanda interna (especialmente el consumo de los hogares) se mantiene en una tendencia, con oscilaciones trimestrales, que la sitúa por debajo de su nivel del cuarto trimestre de 2021, el momento de mayor expansión.


Fuente: Instituto Nacional de Estadísticas.



En todo caso, la inflación de tendencia (IPC sin alimentos y energía SAE) está más cerca del horizonte de 3% anual a dos años, que es la meta inflacionaria del Banco Central, lo que debiera llevar a una mucho más rápida normalización de la política monetaria. El 5 de septiembre se produjo una segunda rebaja de la tasa de política monetaria, en este caso de 0,75%, llevándola a 9,5%. Pero para evitar una recesión, este es un valor todavía excesivo, a pesar de que la devaluación del peso y el aumento reciente del precio del petróleo presionarán los precios importados hacia arriba en los próximos meses.


4. Las remuneraciones reales se han recuperado

El índice de remuneraciones reales en las empresas de más de 5 trabajadores registradas por la encuesta mensual del INE en la materia, revela una tendencia a la recuperación en lo que va de año después de fuertes caídas desde septiembre de 2021 y durante 2022. En el trimestre móvil mayo-julio de 2023, se produjo un incremento de 0,5% real respecto al período anterior, lo que refleja que la baja de la inflación ha permitido que deje de mermar los incrementos nominales de remuneraciones, que se han mantenido activos. Esto ha permitido avances significativos desde marzo de este año en adelante en sus niveles reales (descontando la inflación), lo que junto al incremento del empleo contribuye a la recuperación de la masa salarial, un determinante clave del consumo de las familias. El índice es en julio de 2023 apenas algo inferior al de marzo de 2021, cuando alcanzó su registro más alto.


Variaciones trimestrales móviles de los índices nominal y real de remuneraciones, marzo 2020-julio 2023
Fuente: Instituto Nacional de Estadísticas.















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