Actividad, empleo e inflación a octubre
La actividad económica desestacionalizada varió en -0,1% en el trimestre agosto-octubre
La actividad agregada
El Índice Mensual de Actividad Económica (Imacec), publicado por el Banco Central el 2 de diciembre, registró un aumento de 2,3% en octubre respecto al mismo mes del año pasado. Este indicador había experimentado un nulo crecimiento en septiembre. Como se observa, la comparación anual mes a mes es volátil y en septiembre se sacaron conclusiones precipitadas. Aunque permite evaluar la coyuntura respecto al mes previo, también es el caso del Imacec desestacionalizado, que aumentó en 0,4% en octubre luego de caer en -0,7% en septiembre.
Para ampliar el análisis, tiene sentido considerar los promedios trimestrales desestacionalizados y los datos acumulados del año.
Se constata que en el trimestre móvil agosto-octubre, el crecimiento desestacionalizado promedio del Imacec fue de -0,1% respecto al trimestre móvil anterior, dada la fuerte caída de septiembre y a pesar de la recuperación de octubre. Este desempeño se compara con el aumento de 0,7% del tercer trimestre respecto al segundo y la caída de -0,5% de éste respecto al primero. En contraste, se había registrado un aumento de 1,9% en el primer trimestre respecto al último del año pasado. La coyuntura económica trimestral ha evolucionado con altibajpos en el año.
Por otro lado, se registró un crecimiento anual de 2,1% si se compara el valor promedio del Imacec de los 10 primeros meses de 2024 con el mismo período de 2023. El resultado final del crecimiento del Producto Interno Bruto del año 2024 estará cerca de esa cifra, alejándose del 2,6% previsto inicialmente por el gobierno.
A este desempeño no es ajena la política monetaria. En septiembre y octubre, la rebaja de la tasa de política monetaria fue de solo 0,25 puntos en cada caso, tasa que permanece en un nivel restrictivo de 5,25%. El Consejo del Banco Central no ha estado dispuesto a acelerar los recortes que aconseja la lenta evolución de la coyuntura, con una inflación básicamente controlada. La tasa llegó, luego de fuertes aumentos a partir de marzo de 2022, a una cifra tan elevada como 11,25% entre noviembre de 2022 y julio de 2023.
La política monetaria se considera expansiva (contractiva) cuando la tasa de política monetaria es inferior (superior) a la tasa llamada neutral. El nivel vigente de la tasa es aún superior a cualquier cálculo que se pueda hacer, siempre discutible, de esa "tasa de equilibrio", es decir aquella que mantendría el crecimiento cerca de su potencial sin acelerar la inflación. El Consejo del Banco Central la ubicó en 2019 en un rango entre 0,75 y 1,25% en términos reales. Sumando la meta de inflación, consideró entonces que la tasa neutral nominal se ubicaría entre 3,75 y 4,25%. En 2021, la estimación del rango bajó a entre 3,25 y 3,75%, mientras en 2022 la volvió a aumentar a un rango entre 3,5 y 4%. En 2023 situó el rango entre 0,5% a 1,5% en términos reales y se decidió por una referencia de 4% nominal (1% real más 3% de meta de inflación).
Estos cambios frecuentes y que tienden al alza ratifican que el Consejo del Banco Central mantiene un enfoque de política con sesgo contractivo, lo que no se condice con una inflación de tendencia (sin productos volátiles) cercana a la meta de inflación de 3% a 24 meses, así como con las expectativas de los agentes que se sitúan en ese mismo nivel. Utilizar el principio de precaución en el control de la inflación es una opción razonable, pero si se excede de modo sistemático tiene un costo en actividad y empleo que debe evitarse.
La actividad sectorial
En términos sectoriales, el desempeño en los primeros 10 meses del año se explica por una expansión de 5,5% de la minería en comparación con el mismo período del año pasado, especialmente la privada, pues Codelco sigue sin recuperar su producción acumulada en el año. La minería no tiene mayor conexión con la demanda interna y ha experimentado en el período reciente una reactivación productiva después de tres años de caídas. La industria manufacturera creció en 1,4%, luego de un desempeño irregular en los últimos años y una expansión de 1,9% en 2023. Los sectores que están más conectados con la demanda interna registraron un aumento de 2,0% anual en el caso del "resto de bienes", que incluye el suministro de electricidad, gas y agua y la construcción, y de 2,9% en el caso del comercio, luego de una gran expansión en 2021 y caídas en 2022 y 2023. Los otros servicios experimentaron un aumento anual de 1,8%, una trayectoria más lenta que la de la etapa de recuperación inicial de la pandemia.
En la estructura productiva chilena siguen predominando los servicios, que representaron el 68,9% del Producto Interior Bruto (PIB) en 2023, a comparar con el 63,4% en 2013, incluyendo los servicios a la producción y a las personas (una apreciación más amplia se encuentra en https://mgpp-usach.blogspot.com/2023/08/una-nota-sobre-la-evolucion-de-largo.html). Los sectores productivos exportadores han disminuido su participación en la producción agregada, en especial la minería, que pasó de 10,8 % del PIB en 2013 a 7,9% en 2023. La agricultura pasó del 3,6% a 3,3% y la pesca no varió del 0,7% del total. La industria manufacturera mantuvo su participación en cerca del 11% del PIB (con una importante proporción de elaboración simple de recursos naturales), mientras la construcción cayó de 7,7% a 6,6%. El sector de electricidad, gas, agua y desechos pasó de 3,1% a 3,9% del PIB.
Fuente: Banco Central de Chile.
El empleo desestacionalizado varió en -0,1% en el trimestre agosto-octubre
La ocupación
La situación del empleo se mantiene débil. La encuesta del INE publicada el 29 de noviembre registró en el trimestre móvil agosto-octubre de 2024 una caída de -0,1% de la ocupación respecto al trimestre móvil anterior, en términos desestacionalizados, en contraste con un crecimiento de 0,1% de este indicador tanto en el segundo como el tercer trimestre del año respecto al previo.
El crecimiento anual de la ocupación de 2,2% registrado en el trimestre móvil más reciente ha venido declinando desde el 3,4% del primer trimestre. La ocupación había crecido en 4,9% en 2021, en 6,6% en 2022 y en 2,4% en 2023, al recuperarse la fuerte caída durante la pandemia (hacia noviembre del año pasado se volvió recién al nivel de empleo previo).
Se produjo en agosto-octubre de 2024, por otro lado, un descenso de -0,2% anual en el número total de horas trabajadas.
A su vez, los datos ciertos registrados por la Superintendencia de Pensiones, que se publican con dos meses de rezago respecto a las estimaciones de la encuesta de empleo del INE, revelan que en el trimestre junio-agosto se produjo una caída anual de -0,8% del número de ocupados que paga cotizaciones. Ayudado por los subsidios, el empleo dependiente formal se había recuperado rápidamente después de la pandemia -ya en agosto de 2021 estaba en el nivel previo a la crisis, con 5,63 millones de ocupados- y luego se expandió a 5,97 millones en diciembre de 2022. Pero cayó a 5,85 millones a fines de 2023 y siguió con una tendencia a la baja en 2024, hasta el nivel reciente de 5,67 millones.
El empleo informal alcanzó un 27,1% del total de la ocupación, a comparar con el 29,1% en el trimestre previo a la pandemia en 2020.
La tasa de ocupación se situó en 56,3% de la población en edad de trabajar. Había sido de 58,3% en el tercer trimestre de 2019, por lo que se constata un rezago de unos 330 mil empleos en comparación a una situación en la que la tasa de ocupación se hubiera mantenido en el mismo nivel anterior. La recuperación del empleo sigue sin ser aún suficiente para volver a una tasa de ocupación sobre la población en edad de trabajar y de desocupación sobre la fuerza de trabajo como las existentes antes de la crisis social y a la pandemia de Covid-19.
Fuente: Instituto Nacional de Estadísticas.
La desocupación
La tasa de desocupación alcanzó un 8,5% de la fuerza de trabajo en agosto-octubre, corregida de variaciones estacionales. Ha variado poco en 2024 y es la misma que la del primer trimestre, aunque representa un progreso respecto al 8,7% registrado en junio-agosto, la más alta del año. La tasa de desocupación sin ajuste estacional llegó a un 8,6%, un leve progreso respecto al 8,9% del mismo trimestre del año pasado, lo que se explica por un menor crecimiento de la fuerza de trabajo (1,8% anual) que de la ocupación (2,2% anual). La tasa de desocupación se había situado en un 7,0% en 2019. Desde 2022 no baja del 8%. Acercarse al pleno empleo supone al menos pasar por debajo del umbral de 5%.
El número de personas desocupadas sumó 868 mil, un 1,7% menos que hace un año. No obstante, los inactivos potencialmente activos sumaron 849 mil y aumentaron en 7,1% anual. Así, la tasa de desocupación que incluye a las personas potencialmente activas pero que ya no buscan empleo sumó un 16,7% de la fuerza de trabajo ampliada, la misma cifra que hace un año.
Las personas entre 15 y 24 años que no estudian y no están ocupadas sumaron 334 mil en el tercer trimestre, un 12,7% menos que hace un año, posiblemente por una recuperación de la asistencia educativa.
La inflación registró un promedio mensual de 0,4 % en el trimestre agosto-octubre
El Índice de Precios al Consumidor aumentó en 1% en octubre. Esta es una cifra muy alta, después del casi nulo incremento de septiembre, que se explica básicamente por el aumento de 3,7% de la energía y de 2,2% de los alimentos. El dato hizo subir el aumento del IPC promedio mensual de 0,36% registrado en el tercer trimestre a uno de 0,44% en agosto-octubre. En cambio, el promedio semestral solo pasó de 0,35 % a 0,37% y el promedio anual de 0,39% a 0,42%, mientras de septiembre a septiembre el IPC aumentó en un 4,7%.
Como se observa, resaltamos aquí los promedios trimestrales y semestrales del IPC para evitar centrar el análisis solo en valores mensuales que pueden estar fuera de tendencia. No enfatizamos la comparación anual mes a mes por esta misma razón, aunque consideramos los promedios mensuales en los últimos doce meses.
¿Qué ha pasado con los indicadores de tendencia? Una medida a observar para evaluar la inflación "subyacente" es el IPC Sin Volátiles, que excluye todos los productos cuyos precios varían en un sentido u otro con alta frecuencia. Este indicador aumentó en 0,4% en octubre, una cifra parecida al IPC general, pero promedió un 0,28% mensual en el trimestre, un 0,24% en el semestre y un 0,35% en los últimos doce meses (ver el gráfico). Otro indicador complementario de la inflación subyacente es el IPC Sin Alimentos y Energía, pues los precios de los alimentos y de la energía fluctúan con más frecuencia por el impacto de los precios internacionales de sus insumos. Este aumentó en 0,2% en octubre, mientras promedió un 0,29% mensual en el trimestre, un 0,23% en el semestre y en 0,32% en los últimos doce meses.
Para alcanzar un 3% anual de inflación en un horizonte de 24 meses, que es la meta razonable del Banco Central, se requiere llegar a un aumento del IPC de 0,25% promedio mensual, cifra no muy lejana al 0,28% y al 0,29% del último trimestre en el caso del IPC Sin Volátiles y sin Alimentos y Energía.
Se constata una vez más que la evolución del IPC está siguiendo de cerca los precios de los bienes sujetos al comercio internacional, dada la fuerte interpenetración de la economía chilena con la economía mundial y respecto de los cuales poco puede hacer la política económica interna, como también fue el caso del brote inflacionario de 2021-22. Así, los precios internos directamente influenciados por los precios externos subieron en 1,3% en octubre, en contraste con la baja de septiembre, lo que se explica por el reseñado brusco aumento de los precios de la energía y los alimentos dadas las contingencias internacionales. Los precios de los bienes "transables" han variado en 0,49% promedio mensual en el trimestre, lo han hecho en 0,41% en el semestre y en 0,37% en los últimos doce meses. En el semestre y el trimestre, el aumento fue superior al del IPC general. Vinculada a este desempeño está la devaluación de 0,8% en octubre del tipo de cambio peso/dólar respecto al mes previo, la que alcanza a un 12,7% en enero-octubre de 2024 en comparación con el mismo período del año pasado por un déficit de la balanza de pagos, a pesar del aumento anual de 7,6% del precio del cobre y un incremento del superávit comercial. La devaluación del peso encarece los bienes importados en moneda nacional.
El IPC de productos "no transables" (que no son objeto de comercio internacional) registró, por su parte, un aumento de 0,5% en octubre, una cifra alta pero bastante menos que la de aquellos bienes que se intercambian con el exterior. Sus precios subieron en 0,37% promedio mensual en el trimestre, 0,32% en el semestre y 0,41% en los últimos doce meses. Estos son sensibles a la evolución de la demanda interna, aunque también reciben el impacto en sus costos de aumentos de precios externos como los de los combustibles y los demás insumos importados. Entre los servicios que han presionado la inflación al alza se cuenta la electricidad, cuyas tarifas reguladas aumentaron bruscamente en 18,9% en el mes y en 45,7% en lo que va de año.
Autor responsable: Gonzalo D. Martner.